Las tecnologías de la información nos han llevado a proporcionar nuestros datos personales en prácticamente cualquier registro existente. No importa si se trata de redes sociales o de plataformas de investigación y aprendizaje: siempre, de una manera u otra, terminamos proporcionando una serie de datos personales para conseguir acceso a temas que nos interesan.
Especialmente en el mundo de las tecnologías de la información, usadas desde el punto de vista comunicacional y divulgativo, existen muchas páginas web, enciclopedias, repositorios virtuales y otras alternativas que se consultan con frecuencia. Muchas veces, personas toman el atrevimiento de aseverar que la conexión es anónima, pero en verdad, no es así.
Desde las cookies hasta el registro
Cualquier investigador, amateur o profesional, va a encontrarse con que en Internet, los datos no son privados. En cualquier momento que se navegue, se estará proporcionando la dirección IP, que indicará, más o menos, la ubicación de la persona. Adicionalmente, al entrar a cualquier página web, se estarán consintiendo ciertas cookies, que no se pueden evitar.
Somos más conscientes de otorgar nuestros datos cuando ingresamos y nos registramos en alguna plataforma. Incluso, en algunos casos, hay plataformas de artículos científicos que son de pago, por lo que hay que dar datos como tarjeta de crédito o débito, además de la información bancaria.
Uso de algoritmos para publicidad
Los motores de búsqueda, e incluso, las mismas páginas de investigación que se consultan, pueden tener diferentes algoritmos que permiten identificar nuestros patrones de búsqueda y por consiguiente, ofrecernos potenciales compras, a través de la publicidad. Esto es una práctica habitual, muy difícil de evadir, pero no por eso hay que estar menos conscientes de su existencia.