No fue hace tanto, cuando la humanidad, si tenía alguna duda básica sobre algún tema, debía buscar un libro grueso en orden alfabético, como el diccionario. Y si la duda iba un poco más allá, entonces las grandes enciclopedias, con una veintena de tomos, ocupaban su lugar. En todas las casas, solía haber al menos una enciclopedia, que incluso, vendían a domicilio.
El Internet y el desarrollo de las tecnologías de la información han hecho que todo eso cambie de manera sustancial. Hoy en día, son pocas las personas que siguen recurriendo únicamente a medios físicos para resolver sus dudas, pero en cambio, sí hay muchas personas que usan Google como si fuera un acto reflejo: es la opción predeterminada para comenzar a investigar o buscar algo. De eso se trata esta revolución tecnológica.
Wikipedia y su efecto en el aprendizaje
Entre profesores de colegio, en todos sus niveles, hay muchos críticos de Wikipedia, la enciclopedia libre. Las argumentaciones son variadas, pero entre ellas, las principales son las que sostienen que como cualquier persona los puede editar, sus contenidos no son confiables. Lo que probablemente no conocen es que muchos de sus estudiantes son wikipedistas y crean contenido de calidad cada día.
No es menos cierto que la simplificación de las enciclopedias digitales ha hecho pensar que el contenido universal se encuentra en ellas, y que ellas son dueñas de la verdad. Pero al igual que en las enciclopedias físicas, resulta irresponsable quedarse solamente con la información que ellas proporcionan y no investigar más allá.
A solo un clic de distancia
En casa puedes tener 20 tomos de una enciclopedia completísima, destinada a ayudar con todo tipo de tareas… y aun así, no conseguir la información que necesitas. Por lo tanto, quieres seguir por la vía tradicional, deberás recurrir a otra enciclopedia o directamente, a la biblioteca de tu barrio.
Hoy en día, todo eso ha cambiado. Sea Wikipedia o cualquier otra página, una simple búsqueda en Google puede acercarte a un mar de conocimientos, en el que hay que tener suficiente criterio para decidir cuál es valioso y cuál no. En Internet, no hay problemas de volumen o almacenamiento, por lo que incluso, podrás conseguir digitalizados los libros de la biblioteca de tu casa.
Actualización constante y en tiempo real
Otro elemento fantástico que ha involucrado la digitalización de las enciclopedias es su rápida actualización, que incluso, puede producirse en tiempo real. Antes, las enciclopedias podían actualizarse, en el mejor de los casos, cada año, y así recoger las nuevas investigaciones surgidas en ese periodo.
Pero hoy en día, solamente toman minutos o segundos para que haya usuarios dedicados completamente a actualizar diferentes enciclopedias virtuales, y que así, nunca pierdan vigencia.